Meditación del Padre John
27 de Octubre de 2024
El profeta Jeremías es conocido por ser llamado a ser profeta desde muy joven. La Primera Lectura de esta semana es una de las pocas veces en que se ve a Jeremías brindando palabras de consuelo. Profetizó a los Israelitas inmediatamente antes y durante el exilio en Babilonia. Los Israelitas fueron exiliados a Babilonia después de la caída de Jerusalén en el año 586 B.C. Los Babilonios conquistaron Israel y deportaron a muchos de sus habitantes, cumpliendo lo predicho por los profetas. En el capítulo 31, Jeremías predijo el regreso de los enviados al exilio. Él estaba prediciendo la venida del Mesías. El profeta mencionó, el Señor librará el remanente de Su pueblo Israel. Él “los reunirá desde los confines del mundo, y entre ellos ciegos y cojos”. (Jer 31:8.) El cautiverio Israelita en Babilonia terminó formalmente en el año 538 B.C., cuando los Persas conquistaron Babilonia y permitieron que los Israelitas regresaran a su tierra natal. Sin embargo, las palabras del profeta Jeremías van mucho más allá de la predicción del fin del cautiverio Babilónico. Encontramos su significado más pleno en el Evangelio de esta semana a través de la venida de Jesús y los milagros que realizó.
En el Evangelio de esta semana, encontramos a Jesús saliendo de la ciudad de Jericó. Jericó es uno de los asentamientos continuos más antiguos del mundo y se remonta al año 9.000 B.C. Está situado en el valle del río Jordán y en realidad se encuentra a 900 pies bajo el nivel del mar. Siguiendo el evangelio de Marcos, Jesús viajó de Jerusalén a Jericó. Descendió 3.400 pies desde una de las ciudades más altas por elevación a una de las más bajas. Fue allí, en uno de los lugares más bajos de la tierra, donde Cristo encontró a Bartimeo, un hombre ciego. Mirando la raíz del nombre Bartimeo en arameo, la primera parte del nombre significa "hijo" y la segunda parte indica alguien que es inmundo o contaminado. Por tanto, en arameo, Bartimeo significa “hijo del inmundo”. No es una coincidencia que el nombre Bartimeo signifique alguien que es impuro. En aquella época, cualquier persona que estuviera enferma o deforme era considerada impura.
Sin embargo, este nombre tiene un significado aún más profundo. El ciego Bartimeo representó a todos los que somos impuros e indignos debido a nuestra pecaminosidad. Encontró a Jesús en medio de su profunda necesidad e impotencia. A pesar de su impureza y ceguera, Bartimeo llamó a Jesús. Clamó a Cristo y no escuchó a quienes le decían que se callara. Cuando clamamos a Jesús como lo hizo Bartimeo, Jesús escucha nuestras oraciones. Él viene a sanarnos. Él desciende a nuestro encuentro en las profundidades y tinieblas de nuestra pecaminosidad. Lo hace a través del Sacramento de la Confesión. Cristo nos encuentra en nuestra pecaminosidad y, como Bartimeo, nos llama a salir de nuestra ceguera espiritual a ver la luz. A través de las palabras de Absolución pronunciadas por el sacerdote, Cristo nos perdona y sana de nuestros pecados. El Sacramento de la Penitencia nos restaura a la plenitud de nuestra gracia bautismal y sana nuestra vista espiritual para que podamos ver y responder a Cristo más claramente. A través de la Confesión encontramos al Mesías, aquel que los profetas predijeron. Aprovechemos esta oportunidad y clamemos con las palabras de Bartimeo: “Jesús, Hijo de David, ten piedad de mi.”