Meditación del Padre Gustavo
16 de Noviembre de 2025
El Capítulo 21 del Evangelio de San Lucas concierne al discurso escatológico de Jesús en el que predice el final de los tiempos conjuntamente con el fin de Jerusalén y su templo. Jesús profetiza la ruina de todo el lujo del templo y afirma que no quedará una piedra sobre otra y todo será destruido. Jesús adopta un lenguaje apocalíptico lleno de imágenes terribles y duras al referirse al final de la historia. Muchos en aquel entonces creyeron que con esta explicación el final del mundo estaba cerca. Jesús menciona en el evangelio; “Todos los odiaran por causa mía pero no se perderá ni un cabello de su cabeza, con su perseverancia se salvarán”. La vida está llena de obstáculos, persecuciones y problemas que el ser humano debe afrontar y superar con la fuerza de Dios y de sí mismo. Recordemos que los mismos apóstoles fueron objeto de burlas y persecuciones. La perseverancia en Jesús es demostrar que si se puede. La palabra perseverancia tiene un gran significado para mí. Bajo ese estimulo he crecido, caído y me he levantado en todos los aspectos. Perseverancia es la persistencia de mantener viva la llama de amor por Jesús. Sabemos que muchas veces en los lugares de trabajo o entre familiares existe la rivalidad, la maldad y la discordia. Dentro de todo ámbito hay persecución e intriga. Muchas veces somos puestos a prueba cuando seguimos a Jesús. Es evidente que no solo ocurre la guerra entre los pueblos también hay problemas entre la propia familia, amigos y conocidos. No es solo el hambre de una problemática mundial, pero todo es general y produce un caos que incluye dificultades como la economía, inmigración, pobreza y un sistema de gobierno a punto de colapsar. A esto se le suma los desastres naturales, tsunamis, huracanes, tifónes, inundaciones y terremotos que ocurren en diferentes lugares y esto a su vez crea caos, miedo y destrucciones.
Constantemente surgen muchas cosas que desestabilizan la vida con pensamientos de crueldad, maldad, o violencia ante tanto mal que aqueja la humanidad. El objetivo final del Evangelio es que todos se puedan salvar con la promesa que Jesús pueda regresar. Es conveniente que ante tantos problemas podamos resurgir y combatir el desaliento y las guerras internas que nos impiden amar de verdad al prójimo y a Dios. La fe en Jesús divide en los trabajos y familias. En este caso muchos serán perseguidos y torturados. La perseverancia es una lucha interior y exterior que cada ser humano afronta como una guerra que se ha desarrollado a lo largo de la vida. Pidamos por la paz del mundo y los hogares. ¿Usted Esta dispuesto a dar la vida por Jesús? Eres consciente que tu devoción hace parte de ver al prójimo con agrado y con ganas de ayudarle en sus carencias? El año litúrgico va llegando a su fin y pronto se acerca el tiempo de Adviento.